miércoles, 22 de septiembre de 2010

desde el fondo

He dormido entre montones de pañuelos desechables, porque mi resfrío está tan bien atendido que no se quiere ir de mi cuerpo, ahora hasta se hizo un ovillo sobre mis amígdalas. No me quité las anginas porque pensé que un día me harían sentir como niña -jamás pensé, idiota que es uno, que me haría sentir niña enferma- Y estaba ahí, de noche y dormida, haciendo abdominales porque cada ataque de tos, le dicen accesos, era un resorte que me hacia levantar el dorso impulsado por no sé que cosa, que me ponía además de dura, -cosa que nunca lograron ni la gimnasia ni el deporte-, rígida mortuoria 
¿que será mejor morirse completo o irse muriendo despacito? Porque a cada ataque de tos yo sentía que me iba muriendo despacito , eso si, con mucho escándalo para no pasar desapercibido.
Mi abuela Natalia que era una mujer firme, de corazón de roca por fuera pero de huevo por dentro, me dijo un día
-Rocio! - me decía rocio ¿será que ése es mi nombre?- NO uses tu Don para enfermarte, úsalo para buscar tu estabilidad emocional y física. ¿qué es eso de: me quiero enfermar..¡y te enfermas! ahora di: me quiero aliviar y te alivias.
Yo no sé de dónde sacaba mi abuela que yo tenía tal poder curativo y enfermativo sobre mi persona, me llamaba en términos muy coloquiales Hipocondríaca. Pero si, lo hipocondríaco me viene de familia, hace 26 años mi otra abuela, la única que vive, dijo que se iba a acostar porque se iba a morir, y tiene en cama 26 años muriéndose todas las noches y nada, aunque que le visitan, desde el más allá todos los parientes.... Y eso de que le visitan todos los parientes ya muertos no es un decir, es una realidad. Entras en esa habitación y sentado al lado de la cama esta el abuelo de tito, muerto allá por el 50 de una enfermedad llamada tuberculosis, pero como no puede caminar, se ha hecho acompañar de María, la tendera de la esquina, ésa que era mas guerrillera que el propio Pascual Orozco, ¡ay dios! No me oigan mis paisanos que me vuelven a expulsar del pueblo. ¡Eso! les apuesto a todos ustedes que he sido la única expulsada del pueblo y nombrada persona no grata - Bueno eso es otra historia-.
Pero además del abuelo de tito y de María, está la abuela de mi abuela, doña maría ( a ella si, doña, porque es capaz de regresar y jalarme los pies ) Y que me dicen de Don José, a don José le decía el ahumado, porque un día andando por el rancho , allá por el rumbo donde pastaban las vacas, le cayó un rayo, nadie se explica como sobrevivió a tal hecho, solo recuerdan que llegó sobre el caballo echando humo por la cabeza y oliendo a diablo, a azufre. Y mi tío Rafa usando de anécdota de este, tan sorprendente, hecho, comentaba que lo mismo le había pasado a él, que estaba sobre una roca, mirando como se ponían en forma las nubes y cuando se levanto de la roca, de ella salió un rayo, pasado el susto regreso a la roca y siguió mirando el cielo, luego le dieron ganas de orinar y se levantó para tal efecto, ni modo de orinar así acostado, y cual no seria su sorpresa que al levantarse de la roca salio de nuevo un rayo 
-nombre!- contaba mi tio- era tal mi susto que me jui pa'l pueblo y me traije al aiven..ora aiven cuéstate en esa piedrota. El aiven me paro tamaños ojotes de lechucha y me dijo
- asi no Rafita asi no, que nos pueden ver. No ves que está de día. y puede pasar aiguien. Mejor volvemos en la noche, aii si naiden nos ve
-Pos que te estas pensando?- le pregunté al aiven, No vieran ese se estaba creyendo que me lo iba a coger, contaba mi tio. 
Y resulta que después de mucho navegar, mi padre escuchando la anécdota, tomó a mi tío, lo montó en la camioneta y le dijo que lo llevara para esa piedrota. Y al llegar al lugar, mi padre le dió una pala y se pusieron a escarbar. Nombre mi padre creía que debajo de la piedra habría algún dinero escondido del Pancho Villa, pero lo único que había era mas y mas piedra...había piedra hasta el centro o mas abajo del risco.
Así que don José con su olor a pólvora también está de visita en ese cuarto, y margarita, la fina de la sociedad, con su olor a gardenias, murió muy anciana sentada sobre su mecedora mientras escuchaba perfume de gardenias, que ella contaba que esa canción se la habían escrito a ella, y dudénlo, porque siempre olía a lo mismo a gardenias. Y que vamos a decir de Jaimito, el vecino de al lado, padre de las amigas de mi madre, hombre trabajador y abatido que se dejó morir, cuando por asalto un hombre se llevó a la esposa dejándolo a cargo de sus hijos. Pobre hombre no salía el sol y él ya estaba en la calle, y ahí mismito le llegaba la noche,sentado a un lado del portal esperando a la mala mujer, la que nunca volvió, lo bueno es que las niñas ya estaban en edad de atender al padre. Lucrecia que era la fastidiosa de todo el pueblo, siempre tenía cuentos que decir, uno de ellos era que jaimito, al estar ahí sentadito abatido y medio mudo, había hecho amistad con la mujer de blanco, que el fantasma llegaba todas las noches, se sentaba a su lado y juntos sin dirigirse la palabra veían pasar la noche, algunos del pueblo pidieron constatar esta historia y procuraban no salir de noche, por temor de encontrar muerto al pobre hombre. Como sucedio una mañana muy temprano, Jacinto, el caporal del rancho de mi padre, y que era amigo de mi madre, pasaba con su caballo pajarito y lo divisó ahí con la cabeza de lado, como recostado sobre un hombro que no era el suyo. Se había muerto el jaimito esperando a esa mala mujer que se fue con otro. PuesLucrecia y jaimito también se meten de visita en el cuarto de mi abuela. Pero lo peor es cuando llega Evaristo, le huelen los pies a queso, aun muerto el olor le persigue con mucha mas intensidad ¡no! si ya sabemos cuando él está ahi, porque todo el cuarto se pone hediondo, y todos los olores se mezclan, lo rancio de Lucrecia, las gardenias de margarita, el azufre de Don José y un olor dulzón que trae bajo el sobaco doña Maria y pa' el colmo el olor a queso de Evaristo.
No! si eso de que desde el más allá visitan a mi abuela es muy cierto,y no solo la visitan, creo que se han quedado a vivir