miércoles, 22 de septiembre de 2010

la extraña historia de dos señoras locas

( doña seles y varby)

Ellas están como todas las señoras de amplia edad, juntas desde pequeñas, juntas pero no revueltas...grises , sentadas en la barandilla de la casa, tomando el sol desde muy temprano, vestida con vestidos negros y flores grises estampadas, una gorda y una delgada, una con el cabello blanco y la otra con una pañoleta encima de la cabeza calva, son dos jovencitas atoradas en el tiempo hablando de personas que ya murieron, personas que siempre miraron pasar atraves de la barandilla blanca...siempre de lejos , saludando con las manos en alto:"
- adios Doña carlota..¿ còmo van los pollos..al fin le pusieron las gallinas...? ¡ còmo si dan tanto trabajo y para nada! si eso ha de ser..el temporal que no avientas este calor..¿ recuerda el agosto de hace cinco años..estamos igual que ese año , con los ojos reventados de no dormir..este calor que le llena uno el cuerpo de demonios..claro para eso esta la iglesìa..yo voy y me duermo ahi..no hay lugar màs fresco que la capilla....si que le vaya bien..
- don gumercindo que ha hecho que no le he mirado...¡ si cumplo cartorce el proximo jueves..mi mamà quiere hacer mole..pero le digo que pa què , que de todos modos nadie viene..la seles le dice que lo haga pero solo para nosotras tres...ya ve que apá se murió pasando el rio. Si ya lo sè..estarìa Dios que asi pasara.. y como ha pasado con la nena..lograron que volviera?...si pues es que el caporal se veia mañoso..a mi me hizo ojitos, pero lo cacho mi amá y pa qué quiere, le puso unos trancasos con las ramas de pirul..ya ve que duele, pero el caporal pensaba que mi ama era bruja y le hacia una limpia..jajajajaj si don gumercindo vaya con dios, aqui quedo yo.

y habia quedado, durante años y años..detràs de esa barandilla blanca, ellas de tan jovencitas y bonitas eran tan cuidadas que ningún pretendiente fue suficiente para la amá de ellas dos. Asi que para cuando quedaron huérfanas de madre y padre, ya pasaban la edad pertinente, seles cumplia 42 y varby 38...y ahi sentadas parecian de 72, las dos sentadas muy firmemente tejiendo mantilla de hilo.
-oye, Seles, crees que mi ama le hubiese gustado saber que tenemos un negocio de mantillas? Ella de tan fina que era, con su enorme abolengo, te acuerdas que comia de guantes blancos de encaje, aunque no fuera fiesta?
-si me acuerdo- salia de su habitaciòn vestida en ese enorme vestido blanco eterno..con pesadas crinolinas y te acuerdas...como se tenia que levantar la parte trasera del vestido, y enseñaba todas las enaguas..eso si sin perder la propiedad ni el abolengo..
- la clase Seles...la clase.. mi mamà nunca perdió la clase..igual que nosotros, hasta sentadas acá con la espalda erguida..siempre recuerdo que me decia levanta la mirada, que nadie note que tienes miedo y que dudas...y sabes que seles...nunca nadie supo que dudé.
- No lo dudo varby..no lo dudo.

Y ahi seguian tejiendo mientras hubiese luz, y mientras hubiese sol, pero en invierno nadie las veìa, no asomaban ni la punta de la nariz, el tendero era el único que tenía la oportunidad de entrar en esa enorme casa vieja,llena de polvo, de cortinas roídas, donde los ratones hacían sus nidos y parían..techos y piso de madera que crujían a cada paso
- deben arreglar este piso doña Seles, terminaran en un hoyo..y el techo..las vigas estàn podridas doña seles, se les vendrà encima, tienen termitas ..triste muerte ser aplastadas por un techo, hay que quitar las tablas comidas...deben levantar paredes de ladrillos..
- don fulgensio ...para morir no importa còmo.
Y don fulgencio solo meneaba la cabeza sin entender como esa dos señoras de tantisimo abolengo podían vivir entre polillas y ratones..allà ellas..pero ¿ y el dinero ?
Una noche, ya muy entrado el sueño..nadie pudo enterarse, habia ardido la casa y se habian quedado adentro atrapadas los dos señoras de abolengo..en la mañana cuando todos pasan a la labor se dieron cuenta. Todos en le pueblo corrieron alarmados, pero nada quedo de ellas, ni siquiera los cuerpos...
-pobrecitas...tan ricas y tan solas...tan sin familia..
todos se condolían de ellas, habian sido tan apreciadas, sus ricos jamoncillos eran el premio esperado por todos, y ahora quién haría esos dulces ..¿ y el dinero?,¡ ah, porque tenìan dinero ¿ que no?!
De esto no se dieron cuenta la señoritas de abolengo, porque ellas juntaron su cosas en una yunta y se marcharon antes de quemar la casa, ahora viven en la ciudad y en su negocio hay los más divertidos entretenimientos para caballeros que ahi acuden, su negocio se llama LAS TIAS DE LAS MUCHACHAS.
Eso si..siguen sin perder el abolengo, atienden el negocio vestida de crinolinas y guantes de encaje blanco.