miércoles, 22 de septiembre de 2010

hablar de mi padre


Mi padre es como aquella petaca forrada en cuero donde la abuela María guardaba 
todos los recuerdos en fotografías.
Amontonadas unas encimas de las otras, en las fotografías se paseaban vivos y muertos...
posiblemente los muertos era conocidos, pero igual no.

Para hablar de mi padre debo recordar aquella ciénega donde se sentaba a ver como se acostaba el sol, mientras apilaba uno a uno los sueños.
Sus mañanas tenían manía de limpieza, entraban en su memoria, sacudían sus pensamientos y entonces los sueños se desaparecían y solo le quedaban los suspiros.

Se soñaba recargado a la sombra del muro de un cementerio...sabía que del otro lado en cantera rosa , un ángel con alas extendidas, le susurra cositas que no quería entender. 

Mi padre es como aquel tractor que atacaba la tierra haciendo surcos, sus gemidos eran, ademas de sus pisadas, lo que dejaba un claro eco de existencia. sus hijos ,8, eramos unos mas...¡ah, son mis hijos, ya que!

Para hablar de mi padre tengo que meterme en el ayer y sacar todos los códices que él mismo escribió y que fue sembrando por todos los caminos que sus pies pisaron.

Es como ese hueco que hiere la tierra y lo sangra con las manos....entra su cuerpo completo, la tierra se queja, cruje y tiembla. En el fondo de ese hueco a lo que él llama Mina...puedo encontrar un pedazo del códice...una tablón que se pone oscuro y quebradizo, no logro tomarlo con las manos, porque se resbala. así mismo, los años de mi padre se nos han resbalado de la conciencia...es como un vaho que calienta, enfría y luego se esfuma. Pero mi padre que es más que ese hueco que abre a la tierra, es más que ese hueco que sangra y se queja.

Mii padre es como esa escalera que emerge desde el sótano cantando y contando entre fantasmas : las grullas llegaron y trajeron diez sacos....siempre era la pregunta que eran esas grullas de las que hablaba... pero no es que las hablara... se le salían solas entre los hilos de humo que brotaban de su boca..

no fumes tanto Humberto que te da enfisema....

¡que va! Yo soy como Aquiles, solo que sin talón, no hay enfermedad que me quiebre.

Es como ese rumor de viento que nocturno confeccionaba con las ramas de los sauces, los velos de la novia, aquella que se desvanecía detrás de la noria, siempre fue detrás de ella pero nunca pudo alcanzarla. ..

mi padre es aquel cazador de patos, que un día me olvido a la orilla de una laguna insipiente...aprendí que no debo salir con mi padre, porque me pierde. 

Que no debo esperarlo detrás de las puertas de una cantina porque me insolo y él solo se sonríe.

mi padre es como esos cantos yucatecos que se desparramaban en el ambiente, cada vez que el ocaso se ponía ocre...la cerveza era un pedazo de lopez tarso cuando gritaba...¿jijos de Maria morales aquí está su Pancho Villa para que les de en la meritita cholla...

Mi padre es como aquella invasión que le hicieron los Villistas a los americanos, la única en toda la historia... si no estuviera cierta de que mi padre aun no había nacido, estaría segura de que él habría comandado esa batalla. 

Para hablar de mi padre debo bajar de la vitrina todos los libros de filosofía, historia, esoterismo, oscurantismo, epopeyas, sociología . Soplar sobre ellos y quitarles el polvo de los años ... estoy segura que los libros tienen grabado su nombre.

Mi padre es como mirar todos los espejos cubiertos porque en el campo , despotrica la tierra lanzado descargas hacia los cielos.

Es un anegado de historias que se vierten entre las cordilleras
para anclarse en la soledad del fondo del río que se ensancha 

es como esas parvadas que ya no existen y que se detenía después del mediodía para reponer fuerzas.
es como beber de una cantimplora todos los lagos que regaban sus tierras... las que no le pertenecían pero que se tomaba prestadas

mi padre es aquel ser que me mira desde lejos y me dice: no me juzgues hija, que me juzgue la historia...

y quién soy yo para juzgarlo cuando se sienta a mi lado y me dice que ha sanado a un amigo de un cáncer de estomago. Que estuvo frente a la muerte , le miró el rostro y se le parecía en todo.

quién soy yo para cuestionarlo cuando me dice que la vida es como las carreteras primero son nuevas, despues viejas . De nuevas, llenas de señales que al paso de los años se desgastan pero.. si cuando eran nuevas la aprendí a conocer, aunque no se noten, sabré que existen y podré seguir por la carretera la que seguramente ya es vieja.

los silencios fueron señales inequívocas y muy aprendidas....las noches de embriaguez y bohemia fueron también señales aprendidas.

será que fueron muchas horas tirados al lado de las carreteras, mientras mi padre metía la cabeza en el motor para afirmarnos, dos horas después:- la banda no sirve...está muerto.

Entonces los silencios se hacían eternos, la soledad , camino y mi padre con la pieza a cuesta emprendía el regreso , dejándonos al borde del camino.

Para hablar de mi padre, necesito más que una vida...porque tanta proeza, tanta historia, no caben en una vida sola