miércoles, 22 de septiembre de 2010

la pioja no era yo...era otra

  • i mariquita no me hubiera contado aquella historia, cuando estábamos sentadas debajo de los pilullos, comiendo naranjas y mirando a los niños jaloneándose entre ellos para ver quien era el primero en lanzar el trompo.

    - me harta estos escuincles, con sus gritos y sus alharacas. Parecen que son y no lo son tanto.

    y seguíamos chupando naranjas como si la vida dependiera de ello.

    -Luego ...nos sacan de la discoincentración, vedad tú?- yo afirmé para responderle, porque tenia la boca atiborrada de naranja. Y no quería atragantarme,  como me sucedía siempre que comía naranja.

    - Estos escuincles debía llevar faldas, lloran pior que nosotras, ¡vedad tú?- yo volví a afirmar , ahora si con los ojos llenos de lágrimas porque un gajo se me había atorado entre la campanilla y la entrada de la garganta. Pero mariquita atenta a los niños no se daba cuenta, hasta que la halé con fuerza de los cabellos.

    - ay que trais wey?- me preguntó al tiempo que me miraba con furia, una furia que le duró muy poco. 

    - que se muere la pioja...¡¡¡que se nos muere!!!- empezó a gritar y pegar de brincos.

  • Primero, nunca nadie me había llamado pioja, ni por cariño, ni por coraje. desde ese día todos a mi espalda me llamaban "la pioja". Eso me saco por sentarme debajo de los pilullos a comer naranja con la mariquita, que era la chismosa de la pandilla.Mariquita era la hija del lechero, un hombre ajado por los años y la tristeza, era la hija única de ese hombre y por las mañana antes de ir al colegio, acompañaba a su padre el recorrido diario para dejar a las puertas de las casas, la leche.
     Me acuerdo que mi abuela me mandaba con una taza de peltre ( en casa de mis abuelos todo era de peltre azul y lunares negros o blancos, a según la compra ) a comprar un 1/4 de leche. Un chorrito de leche para cada taza de café, pero yo lo prefería negro, porque el café que mis abuelos preparaban era único y no me gustaba contaminar su sabor con el sabor de la leche.!El café de mis abuelos! Parece que ahora mismo su olor me llena el olfato, era un café combate de grano molido a mano y preparado en jarras de peltre, a fuego lento. Ya dije que en casa de mis abuelos todo era de peltre, hasta que descubrieron el plástico y pensaron que para tantos nietos era mejor el plástico.
    Tanto café que compraban y nunca llenaron las libretas del marranito

    "¡llene, llene! Y llévese una bateria de alumino de marca Lunux . De lujo señor. De primera clase, señor, señora. Llene con estampillas sus libretas del marranito.. ¡canjee señor. Canjee , señora!"

    "Si quiere que los huevos no se le peguen, que la avena no le ahúme el sartén..¡llene la libreta del marranito y canjee, canjee. Señor, señora por un sartén antiadherente CINSA...solo le tomará un momento no deje escapar la oportunidad. Lo mas nuevo de la tecnología aplicado a su cocina.tenga una cocina de millonarios con la marca Cinsa..."

  • creo que mi abuela nunca quiso una cocina de millonario.  Primero porque su cocina era una micro cocina donde solo cabían la mesa , la estufa, un pequeño refrigerador que se atrevieron a sacar a plazos, cuando el crédito aun no era el común de las personas.
     Que el crédito tardó mucho en tomar fuerza , porque las personas estaban acostumbradas a no tener nada de lo que los créditos le ofrecían , hasta que la publicidad les hizo creer lo contrario. La publicidad los engañó haciéndoles  creer  que todo lo que había en las tiendas era necesario y urgente en los hogares .
     Entonces que mejor manera para lograrlo que hacerse de un crédito.

    " ¡Comprometa la palabra, su palabra si tiene poder! ¡ su palabra le ayuda a obtener casas, cocinas, zapatos, ropa, viajes!" 

    Con solo decir tu nombre y yo soy cumplidor , el crédito era tuyo y perdías para siempre la libertad de dormir sin deudas.

    Pues, mis abuelos empeñaron la palabra y se compraron un refrigerador, porque notaron que si un día , les sobraba algún alimento, ya no se conservaba como antes. Ahora había que refrigerarlo.

    "Si usted quiere ahorrar, no tire a la basura la comida que le sobra, mejor guárdelo en un refrigerador Mabe: Los refrigeradores Mabe son los mas económicos y los mas fríos".

    Y en ese refrigerador que compraron, todos los nietos mediamos la vida...

    - hijole ya estoy del tamaño del refrigerador...-decían unos y otros:

    - lero lero... tú eres un enano y eso que eres mayor que yo tres años
    -  Sí , a causa del refrigerador unos hacían mofa de otros porque crecían mas lentamente. 

Así que en ese refrigerador, la primera empeñada de palabra que hicieron mis abuelos, se guardaba la leche y los frijoles del diario que era lo único que a veces sobraba.

  • Con tantos nietos gandayas no sobraban nada más. Bueno no todos eramos gandayas, pero entre el montón no nos distinguíamos, hasta que los mayores dejaron de ir a medirse con el refrigerador y quedamos menos enanos,  que ya de tan enanos que éramos parecíamos pertenecer a otro tipo de nietos. Aunque todos fuésemos iguales.