miércoles, 22 de septiembre de 2010

mi compadre julio

reció un dia, venía de pañales no porque fuera pequeño, sino porque se había quedado tirado en la playa después de una larga fiesta de primavera , a donde debían acudir debidamente disfrazados. Mi compadre estaba en la más oscura ruina y no tenía manera de hacerse un disfraz, así que usando su ingenio, saco de la cama las sábanas de colores rosas con florecitas rojas, se lo puso a modo de pañal y se lo sostuvo con el único cinturón de cuero, que se llevo de San luis Potosi, cuando decidió que ya estaba harto de vivir en un Infonavit y le dijo a su mujer que la abandonaba, pero no para siempre, solamente el tiempo que fuera necesario para encontrarse a si mismo. Y si, estaba en Málaga paseando de bar en bar, de café en café, de fiesta en fiesta buscándose por los rincones. Acuso decirte, que cuando yo lo conocí, también me compliqué la vida ayudándole a encontrarse, terminé mas extraviada que él, acondicionándole comunidades sadomasoquistas, donde a según él, encontraría las otras partes de si mismo, que tenía empeñadas por ningún valor, porque si algún dinero le prestaron debió quedarse en algún burdel, de ésos que acostumbraba visitar, no para tener sexo, ¡no! sino para conocer a la raza, a las mujeres, según decía. De semana en semana, llegaba a los burdeles y se sentaba a observar- como si fuera un inspector de salubridad-, él sabia que no lo era, pero las mujeres de las casas se esforzaban por parecen modositas, bien educadas y sabedora de su hacer, profesionales a lo máximo, cuando se enteraron de que mi compadre era un simple fisgón empobrecido, lo echaron a patadas de las casas. Personaje no apto para ningún burdel de Málaga, por eso lo de las comunidades masoquistas, cada que alguna persona se anotaba como participante, mi compadre festejaba como si hubiera logrado la mas grande hazaña.
¡ay compadre!.- de decía yo, ni asustada ni sorprendida- ¿qué quieres lograr con esas comunidades?
-comadre...eso ni se pregunta, lograré que las personas reconozcan sus mas oscuros laberintos lujuriosos, los que motivan a ir a escondidas llevando un látigo en la mano y una mascara en la cara. 
-y pa' qué compadre, harás lo mismo?
- ya lo hago, comadre.Cada que entro a la red y enamoro a una poeta, es una prueba más de que estamos a merced de la soledad, enamorados de una ficción, maltratándonos mentalmente.Nos ponemos una careta y con el látigo del bien decir, azotamos el corazón hasta dejarlas embrutecidas.
Yo lo dejaba hablar, ni mentiras, ni verdades, que él deliraba cuando hablaba. Pero mi compadre, buscándose, buscándose, un día se dio cuenta que en Málaga no estaban sus otras partes, así que decidió volver al infonavit a decirle a su mujer, que la búsqueda no estaba resultando, que necesitaba de mas tiempo, pero primero le haría un hijo mas, para evitar que se fuera con otro. Y la dejo preñada y entonces regreso a Málaga a seguir buscando......