miércoles, 22 de septiembre de 2010

no supe

No supe que me hizo detener frente al aparador, la ropa no es precisamente lo que más me atrae , no me importa el tema de vestidos o de faldas, que cada quien se ponga lo que quiera y le siente bien. Yo, yo soy de otra cosa, con telas que se entrecruzan. No soy de ir a tiendas ni meterme en probadores, me asfixia verme en esos enormes espejos donde se notan todos los desperfectos de un cuerpo que ha dejado de ser lindo, lleno de marcas de vida, eso dice quien no las padece, tal vez sea la vanidad. El haber perdido la indiferencia que daba, que siempre me había dado, la apariencia. Yo era enemiga de verme en el espejo, siempre tuve en mi mente una idea muy clara de lo que era y de como era, sabía que cada que me asomaba en el espejo ahí mismo vería reflejada la mujer que mi conciencia veía siempre.
Las niñas se movían entre los canceles que tenía colores vistosos, desde negros, pasando por mostazas y rosas fosforecentes, todos mini vestidos y mini falditas, blusa con tremendos escotes que no dejan nada a la imaginación. Era el aparador de una pequeña tienda, se veía pequeña, tal vez, porque había muchas jovencitas..sacado y poniéndose, sin quitar del gancho, el vestido sobre su cuerpo, mirando a la compañera y preguntandoles con los ojos:- ¿que tal éste?
El medio de esa muchedumbre llena de juventud, noté a un chico espigado que miraba y acariciaba una blusa roja...le metia la mano y palpaba la tela, luego la acercaba a su rostro y se acariciaba con ella. Un rojo pasión y era una blusa con holanes del mismo color al rededor del escote, al final un cinto daba el tono de fin.
El debió sentir mi mirada porque giró su rostro y se sonrojó, yo le sonreí con timidez y me marché dejándole con sus arrumacos.