miércoles, 22 de septiembre de 2010

Sigfrido, Baldomero y el hacha dorada




Benavente!!!!!! Ya me he cansado de gritarte. ¡¡Benavente!! ¡ corre! que el duende de sombrero verde ha regresado, se esconde detrás del materio que asoma por detrÁs de la escalera que da al patio
Carajo! no lo espantes! ay, benavente contigo no se puede. De qué sirve que te diga que es un duende, de todos modos traes para atraparlo bolsas de papel..¡ que es un duende!
Muévete muchacho, deja veo si le puedo hablar. es escurridizo como muerte, ves su sombrero es verde, seguro viene buscando rayos de sol. me contaron al bajar la colina que eso anda buscando.· 
Yo les he preguntado de qué duende hablan y ellos respondieron de sigfrido , el duende de sombrero verde. Y yo pregunté azorada ¿Sigfrido, el de pelo cano y largo? ese pequeñito que lleva en las manos flores, el que tiene un chaleco largo con doradas tiritas de alambre. Y ellos me lo han confirmado: ése mismo. y anda por los linderos de los bosques buscando.
Recuerdas benavente que un día se perdió por el bosque y una mariposa lo arrojo a nuestro lado? En el jardín vino y puso sus pasos , ¿recuerdas como lloraba porque allá lejos en una hondonada se moría su flor amada?
¿cómo que no te acuerdas? ¿qué dices?¿ qué lo he soñado? pero Benavente, si estuvo sentado en tus piernas largas horas...no sabías como consolarlo. Y yo le regale hierba buena...¿ no recuerdas? el puso una ramita en su sombrero debajo de la cinta aun mas verde...¡¿cómo puede ser que lo hayas olvidado?
¡¡calla Benavente! ahora dices que desvarío...que estoy tonta o loca..¿cómo te atreves? NI loca, mucho menos tonta. Qué estábamos sentados aquí mismo, tú le decías: ya, ya ya no más. Y yo te respondía déjale que llore, así se desahoga. Y de pronto parecía que se desmayaba porque los gemidos se le trababa en la garganta.
shhh calla, ¿ lo ves, ahi , detrás de la mata asoma su sombrero verde? ¿cómo que no lo ves? ¿ acaso el desengaño de hace semanas te ha dejado ciego? Ya ni yo que tengo años y años con esta espera..


II

¡¡¡Benavente!!, ¿qué estás haciendo , hombre de dios....¿no sale el duende? sigues encaramado boca abajo con las nalgas hacia arriba, espiando el materio...si te ves tan cómico, así Sigfrido no saldrá. Creerá que quieres absorberlo
ahora que he andado por las tiendas, me ha contado mariquita, que lupe, la niña de la esquina, la que tiene un lunar enorme en la frente, se encontró un día al duende, con engaños lo atrapó, y se lo colgó como llavero sobre el vientre. Dicen que es de buena suerte colgarse sobre el vientre, un seguro enorme y un pequeño duende.
Pero luego, dijo don Pedrito que no era sobre el vientre donde lupe se había colgado al duende, que lo engarzó en un anillo, y a todo el mundo se lo presumía, que lupe hasta hermosa se veía llevando en el dedo anular ese anillo tan verde y primoroso· 
cuántos cuentos inventa la gente! Claro que yo no les dije que Sigfrido está escondido detrás del materio que esta bajando la escalera que da a la entrada principal...¿ a la entrada principal? ¡¡¡No Benavente!! esto es un descuido...Sigfrido estaba escondido detrás de la escalera que lleva al patio principal...¡¡¡seguro ya se escapó, si seras tarugo!!! tarugo..tarugo por demás. Ya me decía mi abuela, ¡¡no confíes en los hombres son idiotas por demás, pero tú, te llevas el premio!!
¡ay, Benavente! si Sigfrido ya no está, yo te acuso con tu tío que es alguacil federal.


III

Benavente!!!!!!!!!!! aquí traigo los piñones. Alguien, no recuerdo quien, me dijo que con los piñoles pelados los duendes verdes pierden la cordura. Nunca pude preguntarle a Sigfrido si quería piñones o fresas. Pero lo mismo da.. si tiene hambre comeré hasta hormigas secas
Mira nada mas, todo lo que estamos pasando..tratando de sacarlo del escondite, tal vez, él ya ni esté por ese lado. Sabes qué, iré al puerto, tocaré en la puerta de baldomero...él tiene una hacha dorada que está hecha especialmente para sacar a los duendes verdes desde el fondo de la tierra. ¡No , no protestes! ya sé que tienes celos de su galanura...pero es tu culpa, por ese despiste que has tenido, ahora deberé de ir por Baldo y traérmelo encima de la carreta, espero no que no quiera venirse cantando junto a los perros tocando el acordeón.
Me gusta el acordeón y mas si lo toca Baldomero, pero luego me pone a cantar los ejes de mi carreta, y ya sabes como desentono y lo puedo espantar. Porque me miras con esos ojos, ¿no me crees que desentonó? Recuerdas aquel día que preguntabas porque salieron corriendo los ratones de los todos los rincones de la casa, es que yo les cantaba la muñeca fea...y mas fea no me pudo quedar la letra. Bueno basta de tanta charla, ahora me voy, y tu Benavente, no despegues el ojo de ese hoyo. o cuando vuelva yo te doy ...

IV

Benavente!!!!! Pero , Benavente ¡despierta!! ¡te has quedado dormido a la intemperie!. Ahora solo falta que te me enfermes de pulmonía, (en las telenovelas de eso, todos se enferman y luego se mueren, acuérdate que no tengo para velorios). Bueno, allá al ladito esta Baldo descargando la carreta....¿qué te dije? me trajo por el camino cantando los ejes de mi carreta
el canta muy bien, hasta parece argentino diciendo, che que no los quiero que dejen de sonar. Y yo pidiéndole a diosito ,¡ ay! Diosito que no me pida cantar. Pero que ¡ bah!...canta conmigo Rocio, ¡canta! y ahi me tienes tú cantando con tono bajito. Y el que venia con los pies colgando me gritaba:.-canta más alto que no te escucho. Y pues ni modo, tuve que cantar..y a él parecía gustarle, aunque al paso por el camino, de los árboles salían volando parvadas completas.
Baldomero!! le contaba a Benavente que me has obligado a cantar. Mira en ese hueco hemos visto meterse al duende verde. Pero desde ayer por la tarde que no le hemos visto mas, Benavente no ha despegado el ojo del hoyo, hasta que se ha quedado dormido. Capaz que Sigfrido aprovechando el momento se ha ido. ¿qué aconsejas hacer? Tal vez si sacas el hacha, ¿pero el hacha para qué? ¿no necesitas cortar nada
? ¿Por qué te quedas callado? ¿ qué me ocultas? ah, ya sé! ¡no sabes que hacer! Lo comprendo, yo tampoco lo sé...
¿quieren un café? Eso nos vendría bien, eso nos despejara la mente, pensando con cafeina nos vendrán los pensamientos con fluidez

V

Si nos acomodamos alrededor de esta banca, cabemos muy bien. Esto de esperar me come los sesos. Aunque es mi especialidad, no recuerdo un solo día que no haya esperado. Primero aquel amor que me echo de su lado, ¿recuerdas benavente? Sabes baldo me tenía pegada a la ventana...Luego , cuando benavente se enamoro, me encontré esperándolo en la calle....
Y ahora esperando a que aparezca el duende verde.¡sigfrido! no seas malcriado no nos tengas aquí esperando. Ay que canijo es esto de esperar. Benavente cuéntale a baldo que te pasó con la cristal...¡no! mejor deja le cuento yo. Figúrate Baldo que una cristal que trabajaba en la cantina, se propuso enamorar a Benavente, ella creía que era el dueño de este rancho...¡ay! ¿vieron? ¡se asomó Sigfrido ¡Sigfrido, no seas ingrato! nos tienes aquí esperando, eso no se hace muchacho.

VI

Sigfrido...sigfrido...ven sal...que Benavente y Baldomero ya se fueron. Ya sé que no te gustan mucho, son grandes y bruscos, pero te aseguro que tienen un corazón enorme, a los dos les gusta la música y siente preferencia por janis, pero que tiene que ver...hay janis para todos, no les tenga mala voluntad, solo quiere atraparte para saber que en realidad si existen los duendes.

VII
Baldomero!!! encontré la bohardilla donde se mete el duente sigfrido. ¿cómo podemos sacarlo?¿ usas tu hacha dorada? ¡¿cómo que no?!...¿entonces para qué la traes?....Tengo toda la tarde pensando, para qué quiero ver a sigfrido...si él no quiere, jamás lo podré ver. Hasta los duendes huyen de mi, primero fue aquel novio que me compró un vestido de gasa rosa, tú le has comprado vestidos a alguna novia. ¿no? pues a mi si, me veía tan gorda que me enfadé con él, y él se reía de mi enfado y yo más me enojaba

VIII

Baldomero , no puedo creer lo que me han contado de ti en el pueblo. esa Anacleta es ponzoñosa, ponzoñosa.
Me contó que tu espada dorada no era de oro, que un día viajando por las veredas del cerro marques, habías resbalado por una pendiente, que entre marometas, te ibas golpeando con todo lo que tu cabeza y tu cuerpo encontraban a su paso, que la pendiente era muy pronunciada y que a ti te parecía eterna. Y como no iba a parecértelo si te estabas golpeando contra todo. Bueno, anacleta que seguramente no iba contigo, pero dice que sacaste el hacha del cinturón y quisiste clavarla en alguna cosa para que se detuviera tu caída, pero por más que intentabas hacerlo, el hacha solo atinaba a golpear las rocas filosas que sobresalían, cada que rompía con un sonido hueco con la roca, el hacha iba perdiendo color y tomando filo.
Cuando por fin llegaste al fondo del barranco, quedaste desmayado y sumamente golpeado, pero que jamás soltaste el hacha, permaneciste en el fondo del barranco y desmayo 4 días, y el sol se reflejó durante esos días en tu hacha y es por eso que ahora es dorada.
Ya sé que anacleta es una mentirosa pero la narración es muy buena, a punto estuve de creerle. Pero eso no puede pasar, verdad, en la vida real, el sol solo oxida y destiñe. 
No, no me digas nada, he decidido no creer la historia. Ahora dime, que vamos a hacer para conseguir que salga sigfrido del escondite.